Los años noventas nos trajeron una evolución en el panorama actoral mexicano, principalmente en el teatro, el cine y la series televisivas con la llegada de tres grandes actrices, Ana de la Reguera en 1996, Ana Claudia Talancón en 1997 y Ana Serradilla en 1998, que de año a año se fue produciendo su debut actoral y con ello, abrir tres puertas para el baño de oro al arte que se mantiene hasta este siglo, con las tres actrices de élite que siendo mujeres de las cuatro décadas, han marcado un antes y un después en las pantallas y en el recorrer de los telones, para no dejar en estado de indefensión y de gravedad a la expresión actoral mexicana con supuestas estrellas actorales que se fabrican en la televisión por medio de la mediatización y el escándalo. Más en www.somoselespectador.blogspot.com