miércoles, 16 de diciembre de 2020

PARA LOS QUE NO HAN ABIERTO LA PUERTA

 






















































El ignorante de política acaba siempre hablando de políticos en vez de política. Lejos de tocar al personaje que significa para la izquierda en México, la figura de Andrés Manuel López Obrador, es importante más bien  reflexionar sobre el cambio que ha tenido el presidencialismo en México. Sin adentrarnos  a que  el Presidente de México puede resultar  un auténtico  Jefe de Estado o si más bien es un Jefe de la nación, o que si México vive una cuarta transformación, o si lo que se vive es un proceso  peligroso  para su estructura neoliberalista; y sin tampoco basarnos  en argumentos sostenidos  en los libros caducos de Friedrich Engels,  o en  cuentos entre indios, vaqueros y superman que sostienen que  un país consumista es maravilloso, como lo fue  inventado por el dominio gringo para los adoquines y admiradores únicamente del cine de Hollywood; fuera de todos  esos perjuicios y tabús  que ni siquiera funcionaron  en la guerra sucia;  es evidente que se ha desvirginizado  y eliminado la prepotencia  militar de  la banda presidencial que solamente representaba a un mandante en vez de a  un mandatario. La razón de  sobresaltar el servir y no servirse,  es un claro  progreso de destronar el presidencialismo y transparentar la vida pública del país, lo que resulta un avance político para el sistema de gobierno mexicano, cuyo cambio puede ser equivalente al derrumbe del muro de Berlín, al fin de la guerra fría, al cambio socioeconómico de Moscú con la perestroika, a la  entrada de la inversión privada a Cuba, a la permisión de la renuncia papal con la llegada de otro, a la llegada a los  Estados Unidos de un presidente negro y después de otro antineoliberal, o de  la utilización del Whats app  en vez del teléfono de monedas. Aunque con un retardo inaudito; finalmente,  la transformación presidencialista ya está dada.Más en www.somoselespectador.blogspot.com