Aquellos concursos inocentemente infantiles, en donde en el programa familiar aparecían diferentes modelos llamativas y regalos que debería uno obtener con la superación de los concursos que el conductor ordenaba, en donde se enfrentaban niños y aveces hasta adultos y que los jugosos premios no solamente eran juguetes sino también muebles y automóviles que en nada le interesaban a los niños ganadores y que cambiaban ante el claro enojo de sus padres por una bicicleta. Lejos de inculcar la competividad y la filosofía del perder, ganar y compartir, se maquina un mundo aspiracional materialista que es funcional para los imperios internacionales, para la atropelladora esfera empresarial y para los gobiernos saqueadores en apego al neoliberalismo. En la reforma y regeneración de la vida pública de México, su primer presidente de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador resalta que el país estuvo en estos últimos sexenios, bajo el dominio de un neoporfirismo y bajo una clase media aspiracional cuyo único objetivo es el dinero y atesorar cosas materiales con el olvido de las satisfacciones que se obtienen con los valores humanos. El Presidente dijo considerar que las personas pueden aspirar a avanzar y tener
recursos, pero deben hacerlo dentro del marco de la ley."No enriquecerse
de la noche a la mañana, al amparo del poder público o causándole daño a la
sociedad","No todo el que tiene es malvado", dijo el mandatario y
agregó "Yo respeto al que, con esfuerzo, trabajo y de conformidad con la
ley, logra un patrimonio. Esa persona merece respeto, merece protección, más si
invierte, da trabajo y participa para el progreso de México", señaló. Más
en www.somoselespectador.blogspot.com
