ALGUIEN TIENE QUE DECIRLO.-En realidad, ¿será indispensable la belleza en la televisión y el
juego entre “Tener pensamiento propio” y “mentir para triunfar”?. La televisión
como medio de condicinamiento y arma funcional para gobiernos y para el apoderamiento empresarial con dominio del estado, han tenido como parte
fundamental el atractivo visual, pero que no significa que sea obsceno, el buscar lo
estético, ya que finalmente dicho
ingrediente es parte fundamental del arte. Nuestras percepciones, nuestras
experiencias construyen el mundo que vivimos y no se debe apartar ni del criterio ni del existencialismo que debe ser empleado hasta en un momento de
entretenimiento televisivo para no perforar escala de valores o confundir una
actitud con un acto de diversión. El punto de crítica desfavorable para la
televisión, consiste principalmente en el abuso
de la presentación de una programación consumista que concesionarios de
los medios de comunicación tratan de justificar, de vez en cuanto programando
en sus canales, uno que otro programa cultural con una manufactura lo más
aburrida posible para que el televidente ocurrente de haberse salido de su
programación cotidiana, esté bajo el convencimiento de no volver a cambiar de
opción y menos si de contenido de alta
cultura se trata. La complicidad entre la televisión pública y privada en las
dictaduras disfrazadas, cumplen un objetivo prioritario de que los programas
culturales sean lo más aburrido posible, por lo que los gobiernos que buscan el
fortalecimiento del Estado y la no invasión empresarial de control, tienen el reto de realizar
televisión pública de calidad. En los tiempos que vivimos de múltiples opciones
de entretenimiento visual y de fuentes
de información, nos damos cuenta que existen diferentes canales pero los mismos
contenidos en un proceder, perversamente homogéneo en el cual urgen contenidos bajo la
fórmula del entretenimiento social en donde la estética, los rostros agradables
y las presencias inteligentes deben ser combinadas con la sustancia del mensaje
trascendente, así como la elaboración de programas culturales y de fortalecimiento moral pero
con alta dosis de entretenimiento, y no olvidar que el objetivo principal de la
televisión es precisamente el
entretenimiento y no la manipulación, sin perder de vista que países
sometidos a la ignorancia conveniente, el entretenimiento debe de realizar
acciones emergentes de educación pero sin olvidar en ningún momento, que todo
accionar debe tener alta dosis de entretenimiento. Más en www.somoselespectador.blogspot.com