No cabe duda
que separar hombres de mujeres en el metro es un acto anticonstitucional así
como estructurar transporte público
único para damas, aunque tales acciones de civilizaciones retrogradas se justifica
ante la ausencia de políticas públicas responsables que actúe
de manera estructural en la educación
infantil y sembrar habitualidades de convivencia que no
demanden la necesidad de
establecer áreas exclusivas para mujeres. La separación de dichos vagones se realiza desde el último
bimestre de 1970 aunque muchos usuarios del metro lo desconocían por lo que resultaba una letra muerta hasta julio del 2000, en el gobierno prdista de Rosario Robles quien
sustituía a Cuauhtémoc Cárdenas
como Jefe de Gobierno quienes
al final resultaron tan saqueadores d
ela CDMX y del gusano naranja como lo fueron sus antecesores regentes nombrados por el prigobierno. También en el 2008 con Marcelo Ebrard La
separación entre hombres y mujeres se realizaba por horarios determinados que tenían mayor concurrencia de pasajeros,
pero fue en la administración del
nefasto Miguel Ángel Mancera que tal situación se implantó de manera definitiva
y a lo largo del horario de servicio. La situación puede ser polémica pero para
muchos efectiva, al grado que ciudades
como Tokio determinó seguir el modelo mexicano y destinó dos vagones exclusivos
para las pasajeras, y en realidad los espacios para las mujeres no deberían ser
un tema de incomodidad u ofensa para los hombres, siempre y cuando existieran áreas
mixtas en el caso de que los hombres
fueran acompañados de una mujer o acompañando a una persona de la
tercera edad o con alguna invalidez, y que también existieran áreas exclusivas para hombres ya
que las pasajeras abusan de dicha
situación, y llegan a ocupar áreas de hombres
que dejan de pie, cuando existen lugares
desocupados en el área de mujeres, circunstancia de viaje que la capacidad
limitada de los directores del metro y gobernantes de la CDMX, no les
permite ni analizar ni visualizar.
En 2010, el Metrobús adoptó una
medida similar al establecer zonas de ascenso exclusivas para mujeres y menores
en la parte frontal de los autobuses. Estas áreas fueron señalizadas con
distintivos de color rosa y contaron con personal de vigilancia para garantizar
su correcto uso. La normativa que regula esta división de es la
Ley de Cultura Cívica de la Ciudad de México que infracciona únicamente a los hombres con una multa económica que oscila entre 11 y
40 UMAS (1 mil 244 a 4 mil 525 pesos), un arresto de entre 13 y 24 horas, o la
realización de trabajo comunitario por un periodo de 6 a 12 horas.Más en www.somoselespectador.blogspot.com